jueves, 22 de septiembre de 2011

Invierno - Autunno
Este invierno fue malo, maldito. Te vas invierno. Chau, andate y no vuelvas más. Nunca. No te espero, no das buen augurio. Imaginarte o evocarte no es sólo una pérdida de tiempo, es saberse perdida en el tiempo, es disparar para cualquier lado, y que cualquier lado sea mejor. Es inventarte para, aunque sea, creer en vos: autunno.
Siento un inmenso desgaste. Me duele el alma, las distancias, la angustia diaria y semestral, el psiquismo y todo. Me duele la muerte.
Es que te fuiste invierno y nos dejás un frío tan pronunciado... Me aniquilás, me pateás con fuerza y das duro; y que basta, por favor, basta. Ya sé, ya viví, ya sentí, ya sufrí, ¿entendés? No pretendas congelarme más. No llenes todo con nieve espesa. No rellenes el vacío de hojarasca, de mierda fría. No, autunno, qué me hiciste? qué me dejaste? por qué te empeñaste en querer enfriar también mi esperanza? qué te crees tan importante... Si todos los días sale el sol, si existen otras estaciones, si ya llegó la primavera.
No vengas a querer convencerme de que no hay motivos para el entusiasmo o las celebraciones. La energía fluye a través de los cuerpos, todavía queda calor. Sobra calor. Sabías que el frío no existe? Es un invento. Sos un invento. Sos una mentira tan evidente, que tu razón se vuelve sinrazón, que me sobran los motivos para mandarte a la puta madre que te parió.
El sol sale, sale el sol, el sol sale. Hace dos días sale para una persona menos de este mundo, de mi mundo; pero no, porque ella ahora es el sol. Ella ahora me abriga desde arriba. Ella no es egoísta conmigo, ella pensó en mí hasta el último momento, y ahora me brinda su calor. Puedo sentirla.
Ella es el sol, ayer me dió fuerzas. Ella es el sol, y hoy está nublado.

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