martes, 5 de febrero de 2013

Tumbaya - Día 22

"Sentía la necesidad de nombrar cada cosa para no perder ninguna. Los bichos y las plantas me devolvían los nombres que había olvidado y que me iban a acompañar para siempre. Veía las barras del día en el cielo y me llenaba los pulmones con el olor de las flores del monte y nunca estuve tan seguro de ser libre y orejano y de querer a esta tierra que me hizo y yo elegí para vivir y morir.
Veía al picaflor trabajando en las corolas y al carpintero en los troncos y se me alborotaba el pecho, porque yo era un pedacito de otra cosa mucho más grande que yo, y mejor también. En voz alta decía: me voy para volver. Entonces, a la vuelta, iba a empezar el verdadero viaje definitivo para mí."

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