Brotan en el cemento mismo, crecen donde no deberían crecer; con una paciencia y voluntad ejemplar logran erguirse con dignidad, sin ningún estirpe, salvajes, inclasificables para la botánica.
Una extraña belleza tambaleante, absurda, que adorna los rincones más grises. No tienen nada y nada las detiene.
Una metáfora de vida incontenible, que paradójicamente, enfrenta mi debilidad.
s
ResponderEliminar