martes, 20 de diciembre de 2011

¿con salida al mar?

Mi esquina predilecta ya no lo es: Humaitá y Agustín Álvarez.
Siempre doblaba por la derecha, siempre por ahí. Hay pasto, mucho pasto. Y hasta hace un tiempo, del pasto florecían, se lucían y ofrecían, un centenar de leoncitos. Eran muchos y pequeños, los dientes de león, cuántos. Pasar a su lado y contemplarlos, tomarlos sólo cuando la situación lo ameritaba; o el deseo, o los tres.
Es que ahora hay pasto, poco pasto. Corto pasto.
Un asesino los aniquiló.
Llegué una mañana y ya no había nada.
No había más. No estaban. Qué pena. Y nació una nueva duda: ¿qué hago con mis deseos? sin poder soplar, suspiré.
Ahora doblo por la izquierda. Camino derechito por Bolivia.

1 comentario:

  1. aunque hayas resignados tus deseos, que siempre feo suena eso. porque como dice Lacan, nunca voy a poder olvidar ea frase,"solo es culpable quien cedio a su deseo", creo que bien hicicte en cambiar el destino!! la izquierda es la posta!! jaja :)...siempre es bueno cambiarlo si es lo que a uno lo hace sentir cómodo y bien...aunque suene raro y extraño...al fin y en cuentas somos un animal de costumbre. te quiero!!

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